miércoles, 19 de agosto de 2009

A vueltas con el botellón


La implantación en la ciudad de la Ley Antibotellón hace ya más de dos años, genero cierto recelo en un parte de la población que, como yo, creía que no iba a servir para nada. No obstante, durante varios meses parecía que nos habíamos equivocado, ya que el temor a las sanciones económicas hizo que la mayoría de los jóvenes se alejaran de las calles para beber y decidieran cambiar sus costumbres nocturnas.


Pero como suele ocurrir con este tipo de normativas, una vez pasada la cuarentena y con la crisis azotando cruelmente a los más jóvenes, aquellos que dejaron de tomar copas en los parques decidieron retomar las viejas costumbres en calles estrechas, a las puertas de las discotecas o en zonas verdes alejadas del centro de Jerez y donde la presencia policial brilla por su ausencia.


La realidad es que durante algún tiempo la Ley Antibotellón se hizo efectiva, pero ya no. El elevado coste de las copas en los bares y la pérdida del miedo a las multas está haciendo que muchos vecinos vuelvan a no poder pegar ojo por las noches, y buena culpa de ello reside en la falta de un espacio decente para poder hacer el botellón. Y es que, el solar habilitado en el Gonzalez Hontoria no es ni la mitad de aquello que se prometió en las ruedas de prensa.


Además de estar ubicado a escasos metros de las casas de la avenida de las Olimpiadas (hace poco hablé con sus vecinos y están que trinan. Se han planteado seriamente denunciar al Ayuntamiento), no posee las infraestructuras necesarias para que resulte lo más atractivo posible a un colectivo que desde el principio se negó a aceptar que le impusieran ese espacio cercado y sin apenas luz.


Así, que los jóvenes se buscan otras zonas donde las patrullas de la Policía Local no les molesten y Guadalcacín es el espacio perfecto: no muy alejada de Jerez, con amplios jardines, cerca de una discoteca, sin vigilancia... Así, que los vecinos de esta pedanía vuelven a tener el problema del botellón ante sus casas, un contratiempo que por otra parte nunca ha dejado de estar presente en este rincón jerezano.


Hace un año exactamente Manuela, una de las afectadas por esta forma de diversión juvenil, me llamó para denunciar la situación. Recogieron firmas, pusieron pancartas y se reunieron con todos los políticos responsables. La situación se saldó con la promesa de que, ante la falta de efectivos locales, la Guardia Civil haría acto de presencia en la zona. Esa medida duró tres fines de semana.


Por eso, cuando veo que han creado patrullas ciudadanas y que están dispuestos a acabar de una vez con la situación que padecen desde hace años, no dejo de pensar que, aunque el Ayuntamiento no lo vea así (y me refiero al matriz, no al de Guada), demasiado bien se están portando porque en otras ciudades ya hubiese habido alguna denuncia contra la Administración Pública por no cumplir la ley y no velar por el descanso de los ciudadanos de Guadalcacín.


Ya veremos como acaba esto y si otros barrios se unen a las protestas, porque afectados también hay en otras zonas.


La clave para hacer que la situación cambie está en que el Ayuntamiento, con Pilar Sánchez a la cabeza, escuche a sus ciudadanos (tanto a los vecinos como a los jóvenes). No sirve de nada tomar medidas sin consenso porque después pasa lo que pasa.

1 comentario:

  1. yo estoy en los dos bandos...en el de hacer botellon por que la crisis no da para otra cosa...y en el de que mi negocio esta en una de las zonas mas polemicas sobre todo en invierno,y cuando llego las mañanas de domingo aquello levanta cualquier estomago.Deberia de haber un termino medio que llevaran bien los dos bandos..pero pienso sinceramente que nuestra alcaldesa no esta preparada para asumir este problema, como tampoco para muchos otros...
    Un saludo

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