viernes, 14 de agosto de 2009

A la deriva


Desde hace poco más de 11 meses estoy perdida. Una mañana la crisis económica llamó a mi puerta y una carta de despido me hizo darme cuenta que me había topado con la más cruel de las realidades: aunque te dejes la piel en un proyecto concreto, si a la empresa no le encajan los números estás en la calle. Por desgracia, tras mi salida fueron cayendo más compañeros y a día de hoy me atrevería a afirmar que existimos casi más profesionales de los medios de comunicación recibiendo prestación por desempleo o ejerciendo otro trabajo que en activo, y ello sin contar con aquellos recién licenciados que aspiran a ser algún día estrellas de la comunicación.

A lo largo de todo este tiempo he pasado por todas las fases: dolor profundo ante una situación que sé injusta y que nadie me lograba explicar; despecho profundo; indiferencia... y, como no, ganas de volver a demostrar que puedo darlo todo en una profesión bella como ninguna y llena de emociones. Supongo que estos meses me han servido para crecer como persona, conocer bien los entramados del Servicio Andaluz de Empleo, recuperar buena parte de mi vida social y bajar a la realidad, ver las cosas con otros ojos y pensar que tal vez (si existe el destino, como sostiene mi buena amiga Delia) me esperan experiencias maravillosas, diferentes a las que ya me había acostumbrado.

Ahora quiero ser optimista, la crisis económica no va a durar eternamente, ¿no?, y mientras que pasa creo que no me vendrá mal ampliar conocimientos. Vuelvo a la Universidad; me estoy centrando en conocer bien las nuevas tecnologías; estoy aprendiendo a escuchar más si cabe a mis queridas asociaciones de vecinos, sus representantes e integrantes (a los que les doy las gracias por seguir llamándome para ver cómo me encuentro y qué es de mi vida); y replanteándome mi visión sobre algunas cosas.

Tengo claro es que este barco a la deriva en el que se ha convertido mi vida tendrá que llegar a algún puerto. Mientras tanto, hace poco días José Antonio (mi fan número uno dentro del mundo vecinal, jajaja) me dijo eso de: "Niña, tú por qué no te haces un bló de esos. Yo te voy a leé". Y aquí estoy. Escribiendo de nuevo.

Gracias José Antonio, gracias a todos los que me insistís para que no tire la toalla, porque me dais energía suficiente como para comerme el mundo.

3 comentarios:

  1. No sé por qué será, bueno la verdad es que sí que lo sé. Pero siempre que leo tus palabras y tus sentimientos consigues que se me encoja el corazón. Me sucedió lo mismo uno de esos fines de semana de trabajo horribles en los que con sólo dos personas se conseguía sacar adelante un proyecto. Echo de menos leer tus crónicas, ver como conseguías comprender los problemas de "tus vecinos" y conseguías que el lector se pusiera en su piel, que al fin y al cabo era la tuya propia. Nunca me cansaré de decir (y lo he dicho mucho) que tu marcha fue injusta, cobarde e hiriente. Te echo de menos mi niña!!! Pero no pierdas esa sonrisa que conseguía convertir un día horrible en una tarde de confesiones, risas y sonrisas. El resto ya te lo digo en persona, tampoco es plan de acaparar todo el espacio. Besos wapa

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  2. Ánimo guapísima. Yo me quedé en paro hace años, cuando mi mujer también lo estaba, y con un bebé en el mundo. De todo se sale,y si no encuentras trabajo en Jerez haz las maletas, vuela. Tú vales mucho, Blanca, eres muy joven, no dejes que la vida pase.
    Un besote.

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  3. No desistas nunca corazon,como te he dicho antes lo tuyo no es una profesion..si no una vocación y por algun lado encontraras a alguien que valore tu trabajo...por es un GRAN TRABAJO...has echo que se me ponga todo el vello de punta!y como a mi...hay mucha gente que necesita leer las cosillas que escribes...y por si acaso sabes que siempre voy a estar ahi para subirte esos animos cuando haga falta!!Y SEGURO QUE ESTAN POR LLEGAR TIEMPOS MUY GRANDES PARA TI!!UN BESOTE PRIMA!

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